1er Torneo de Voley Kubo

El mayor éxito de nuestro club en los últimos años

Uno siempre sueña con triunfar, de una manera u otra, pero en el fondo siempre se busca ver el esfuerzo recompensado aunque ese no sea el principal objetivo.

La historia comienza un día, hace aproximadamente 4 años, cuando Don Julián García-Torres Castro, le dijo a nuestro presidente Carlos Souto, vamos a probar algo.

Desde entonces muchos ensayos, reglas, pruebas… hasta llegar al día del torneo. La experiencia dicta que a quien organiza lo primero que le caen son las críticas, por no hablar del trabajo que requiere organizar cualquier tipo de evento, buscar instalaciones adecuadas, materiales aptos para algo que nadie sabe que existe, voluntarios a los que estar siempre agradecidos y lo más importante, alguien que confíe en un proyecto que solo se apoya en una idea y mucha ilusión. Lo normal es no encontrar patrocinadores o que éstos no cubran las necesidades de un evento por pequeño que sea. Nosotros siempre hemos contado con el apoyo de SURHOGAR, pero para una puesta de largo de un nuevo deporte necesitábamos mas y apareció el increíble patrocinio de CARPE DIEM que confiando en nuestra idea se ha hecho cargo de que el evento estuviese por encima de la altura de lo que podíamos esperar.

Por supuesto nuestro agradecimiento será eterno, como bien saben todos los que alguna vez nos han apoyado, que alguien confíe en uno es el regalo más grande que pueda existir.

Lo siguiente fue ejecutar el torneo, y aquí es donde la realidad superó a la ficción. Hemos hecho esta versión del deporte para que el voley sea más para todos, para que jugar no sea de una complejidad técnica frustrante o restringido para personas con una altura muy superior a la media, disminuyendo considerablemente la brecha entre sexos, es un juego más de inteligencia, aunque bien es cierto que la exigencia física es muy alta.

Que el balón pueda botar una vez relega el uso de la potencia a una segunda línea, aunque la tónica general es querer sacar el balón de la pista. Los rebotes en las paredes convierten el deporte que nunca para en una locura de carambolas que activan el cerebro a un nivel extenuante y todo ello ha deparado en largos rallys, con despliegues físicos y tácticos alucinantes, la gente que ha venido a participar ha demostrado un gran poderío físico y una capacidad de adaptación impresionante a una modalidad nueva donde lo más duro ha sido adaptarse a seguir jugando cuando el balón bota en el suelo, la jornada ha dado para imágenes impresionantes donde la mitad de las veces perdíamos la noción del tiempo mirando lo que la gente era capaz de hacer. La creatividad en las jugadas para adaptarse al nuevo juego ha superado la barrera de la genialidad y las sensaciones eran de felicidad.

Los favoritos sufrían para ganar más de lo acostumbrado, el cansancio empezaba a ser determinante, los tie-breaks se sucedían en un día que no quería acabar, la final prometía magia, el sol dejaba imágenes para la retina eterna y el último punto de un ajustado set caía. Los campeones estaban rendidos los subcampeones no parecían haber perdido, la experiencia superó las expectativas.

Como trofeos las espadas del Cid Campeador, el esfuerzo fué titánico y la Tizona y la Colada encuentran justos herederos, aunque desde la fase previa ya había gente merecedora de galardones. Los Jugadores contentos, los organizadores encantados, los patrocinadores entusiasmados… En un día donde se esperaban todas las críticas por la novedad y por la organización, todo fueron felicitaciones. Recogimos, nos acostamos y volvimos a soñar con volver por lo menos a hacerlo igual de bien, mañana nos dirá el despertar. Gracias a todos, los que soñaron, los que trabajaron, los que participaron y sobre todo a los que creyeron. El Voley Kubo, ha nacido.

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